Los núcleos atómicos (núclidos) de ciertos elementos, especialmente los pesados $(^{238}_{92}U,\;\;^{232}_{90}Th)$ se descomponen para formar núclidos diferentes mediante un proceso llamado radiactividad natural. Se dice que estos núclidos son radiactivos.
Existen seis tipos de emisiones por las que un núclido puede desintegrarse:
- Emisión de partículas $\alpha$ (se trata de núcleos de helio).
- Emisión de partículas $\beta$ (son electrones de alta energía emitidos por el núcleo).
- Radiación $\gamma$ (se trata de Rayos X de alta energía).
- Emisión de positrones $(\beta^+)$ (el positrón es una partícula con masa igual a la del electrón pero carga opuesta)
- Emisión de neutrinos $(\nu_e)$
- Emisión de antineutrinos.
El neutrino y el antineutrino son partículas de masa cercana a cero y sin carga. Estas partículas se emiten acompañando a positrones y electrones respectivamente.
La emisión de radiación $\gamma$ acompaña con frecuencia la pérdida de partículas $\alpha$ o $\beta$, debido a que el núclido hijo queda en un estado excitado y su transición al nivel fundamental implica la emisión de Rayos X.
La radiación $\gamma$ es la de mayor poder de penetración, siendo necesario un escudo de plomo, de varios centímetros de grosor, para detenerla. Por el contrario las radiación $\alpha$ tiene un menor poder de penetración, siendo frenada por unas pocas hojas de papel.