Imagina un líquido encerrado en un tubo de vidrio. A medida que aumentamos la temperatura, la presión del vapor dentro del tubo crece sin cesar, desafiando las leyes de la ebullición.
En este escenario, algo extraordinario sucede: las densidades del líquido y el vapor se acercan cada vez más hasta igualarse. La tensión superficial del líquido, esa fuerza que mantiene su "piel" unida, se debilita hasta desaparecer.
En ese preciso instante, a una temperatura y presión específicas, se alcanza el punto crítico: el momento en que líquido y vapor se fusionan en una única sustancia, indistinguible a nuestros ojos.
Este punto crítico es como un límite para el líquido: la temperatura más alta a la que puede existir sin convertirse en vapor. Más allá de este punto, solo hay gas.
En resumen:
- El punto crítico es el punto donde las densidades de líquido y vapor se igualan, la tensión superficial desaparece y ambos se fusionan.
- La temperatura crítica (Tc) es la temperatura más alta a la que un líquido puede existir.
- La presión crítica (Pc) es la presión necesaria para alcanzar el punto crítico.
- Un gas solo puede licuarse a temperaturas por debajo de su Tc.