Los resultados obtenidos en una medida no son exactos. Toda medida implica una estimación. Por ejemplo, supongamos que necesitamos medir un objeto con una regla graduada en milímetros. Al medir obtenemos un resultado comprendido entre 38 y 39 milímetros, estimamos que el objeto mide 38,5 milímetros. Este resultado tiene una parte exacta 38 y una parte que es estimada (aproximada) que es el última dígito 5. El número 38,5 mm contiene tres cifras significativas. El último dígito es dudoso, pero se considera como cifra significativa. Al dar el resultado de una medida incluimos un dígito aproximado, pero sólo uno.

A continuación utilizaremos una probeta para medir volúmenes de líquidos. A la derecha de la probeta se amplían las líneas de calibración. En la escala derecha nos movemos de 10 ml en 10 ml. La escala izquierda está graduada de modo que varia de mililitro en mililitro.



Vamos a realizar una medida empleando ambas escalas de calibración. En la escala izquierda, el nivel del líquido está por encima de 42 ml, como no hay líneas de calibración entre 42 ml y 43 ml, estimamos el último dígito y le damos valor 4. El valor de la medida es 42,4 ml.

En la segunda escala de calibración el nivel de líquido supera la línea de 42,2, como entre 42,2 y 42,3 no hay escala, estimamos el cuarto dígito de nuestra medida en 4. El valor de la medida es 42,24 ml.

En la escala izquierda, el resultado de la medida tiene tres cifras significativas, siendo la última una estimación. La escala derecha da resultados con cuatro cifras significativas, siendo la última cifra una estimación.